
Aunque no vayamos mucho al
Corte Inglés, debemos reconocer que sus campañas siempre nos recuerdan las fechas más señaladas del mundo de las compras, entre ellas las fantásticas y deseadas rebajas.
El problema del
Corte Inglés, y de que nos cueste cada vez más entrar, puede que sea que cada vez nos gusta menos que nos lo pongan todo tan fácil. El hecho de entrar a un sitio donde se supone que lo podemos encontrar todo ahora resulta algo aburrido, sobre todo para la gente joven.
Falta innovación. No nos conformamos con la fascinante semana asiática ni con un 20% de descuento en la semana de la lencería.
Las nuevas generaciones son cada vez más exigentes y deberían tenerlo en cuenta, trabajar más en llamar la atención de los jóvenes, y así no acabaremos visitando el
Corte Inglés como si de un museo se tratara.
Por lo que nunca olvidaremos a estos grandes almacenes es por mostrarnos la típica y esperada imagen del
primer día de rebajas. Es todo un clásico. Año tras año vemos la misma escena y nunca nos cansamos. Con el mismo tipo de desesperados compradores, entrando al centro comercial para ser los primeros y no quedarse sin comprar su prenda rebajada, además de experimentar algo que sólo pueden vivir dos veces al año y que esperan ansiosamente durante semanas. Lo que hay que reconocer, es que el grupo que espera ilusionadamente a sus puertas, es cada vez más reducido. Eso sí, las rebajas nunca serían lo mismo sin
el Corte Inglés. Puede que ni siquiera nos acordáramos de ellas sin no fuera por sus anuncios. Incluso con un
Carlos Baute y una canción pegadiza, lo único que siguen consiguiendo es volver a recordarnos, como cada año, que ya podemos ir de rebajas.
Aún así, también hay que reconocer que son muchas las ventajas que no conocemos del Corte Inglés, y si nunca lo hemos visitado deberíamos hacerlo para descubrirlas y beneficiarnos de ellas. Yo os voy a contar algunas de esas ventajas para animaros a entrar al gran centro comercial. (Y que conste que la empresa no me ha pagado por ello)
Se trata del lugar con mayor concentración de marcas por metro cuadrado: marcas propias, marcas que se venden en exclusiva, marcas internacionales, marcas de diseñadores internacionales y, en algunas ocasiones, ediciones limitadas de alguna marca puntual. Sin olvidar las semanas dedicadas a temáticas especiales, con descuentos y nuevos productos en exclusiva.
Pero
lo mejor del Corte Inglés es que al entrar podemos salir con un pañuelo para nuestra abuela, un bolso para nuestra madre, una corbata para nuestro padre, un libro para nuestro hermano, un juguete para nuestro perro, la cena para la noche, una postal de cumpleaños para nuestro amigo, unos puros para nuestro abuelo e incluso un viaje organizado para el próximo puente. Y si a nuestra madre no le gusta el bolso y lo queremos devolver, siempre podremos sacar provecho del gran eslogan que el Corte Inglés ha regalado a los compradores :
“Si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero”.